miércoles, 29 de julio de 2009

La música salía de tus labios
humeante
roja
perfumada
Wagner, Morricone
y un Gardel que olía
a sábanas viejas, a cajones
y en tus ojos perdidos
como islas
reconocí mi patria
era un mar inmenso
donde la música ondulante me llevaba
como el agua conduce al abril
a las lenguas del agua delirante.
De donde estoy ahora
nacen palabras hemorrágicas
nacen de la lluvia
y de la música que llega
que aun llega hasta la arena diminuta
donde me tiendo
apátrida.


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